Casas pasivas en clima meditarráneo

Casas pasivas en clima mediterráneo: ¿cómo evitan el calor?

El movimiento Passivhaus nació en los países nórdicos, donde el objetivo principal era protegerse del frío consumiendo la menor cantidad de energía posible. 

Sin embargo, en climas templados o cálidos, como el mediterráneo, buena parte del consumo energético destinado a climatización se da en verano para combatir un calor que, debido al cambio climático, es cada vez más intenso.

¿Es adecuado el estándar Passivhaus para climas como este? ¿Sirve también para evitar el calor?

La respuesta es sí. Y en este artículo te vamos a contar cómo lo hacen las casas pasivas en clima mediterráneo.

 

Aprovechando la inercia térmica y la ventilación natural

Antes de que aparecieran los ventiladores y los aparatos de aire acondicionado, la arquitectura tradicional ya tomaba medidas contra el calor. 

Sencillas, pero muy eficientes, como el aprovechamiento de la inercia térmica de los materiales de construcción y de las corrientes de aire en las horas más frescas.

Materiales de gran densidad, como la piedra natural, la arcilla, el yeso o la cal, por ejemplo, son típicos de las construcciones tradicionales en climas mediterráneos, ya que su elevada inercia térmica es perfecta para mantener un ambiente fresco en verano y cálido en invierno.

Y, aunque las casas pasivas de baja inercia térmica resultan eficientes en climas calurosos, combinar la ventilación natural nocturna con una inercia mayor siempre ayuda a mantener a raya el calor. Y, por tanto, también la factura de la luz.

 

Utilizando colores claros

Los colores claros reflejan la luz y el calor del sol. Por eso, en las viviendas típicas de climas calurosos, las fachadas se pintan de blanco para mantener fresco el interior a través del uso de los colores

Recurrir a materiales clásicos como el yeso o la cal siempre es una opción, pero también pueden utilizarse otros materiales de color claro, con un factor de absorción solar bajo, para impedir la transmisión del calor al interior.

 

Protegiéndose de sol

Las sombras proyectadas desde el exterior pueden ayudar a reducir los efectos del sol sobre la vivienda, pero además las medidas de protección solar son imprescindibles en las casas pasivas en clima mediterráneo.

Las sombras de voladizos o zonas retranqueadas en la fachada pueden proteger a la vivienda del sol, pero elementos como porticones, toldos o cortinas opacas de oscurecimiento te ayudarán a mantener las habitaciones en penumbra y un ambiente más fresco.

En concreto, en una casa pasiva las ventanas tienen sombreadores que bloquean la radiación y evitan el calentamiento desde el exterior. 

 

Con el aislamiento térmico justo

Un buen aislamiento térmico es clave para reducir la transmisión de temperatura entre el interior y el exterior de la vivienda. Sin embargo, una capa aislante demasiado gruesa puede obstaculizar la disipación del calor a través de la fachada durante el verano. 

Lo ideal es encontrar el equilibrio justo para lograr la máxima eficiencia tanto en invierno como en las épocas más calurosas, algo que en climas como el mediterráneo no resulta difícil, debido a sus inviernos suaves.

 

Reduciendo las infiltraciones de aire

En zonas frías y templadas, reducir las infiltraciones de aire impide que el calor escape al exterior a través de la envolvente. Sin embargo, en climas cálidos y húmedos como el litoral mediterráneo, es un recurso muy útil para reducir la carga de frío latente, procedente de la humedad del aire.

Así, se puede reducir la potencia necesaria en los equipos de refrigeración y se mejora la eficiencia de los sistemas de ventilación y aire acondicionado.

 

Con sistemas de ventilación controlada

Las casas pasivas deben ser herméticas. Abrir las ventanas para ventilar es posible, pero hará que tanto el confort como la calidad del aire en el interior de la vivienda se resientan.

El sistema de ventilación mecánica controlada de doble flujo con recuperación de calor es la solución a un doble problema: el mantenimiento de una temperatura confortable y de una buena calidad del aire en la vivienda.

En verano, un sistema de ventilación de doble flujo con bypass automático mantiene fresca la vivienda después de que el recuperador enfríe el aire que entra del exterior. 

Y en las casas pasivas en clima meditarráneo, en el que la humedad está tan presente, se busca además reducir también la cantidad de vapor de agua que entra en la vivienda, ayudando a mejorar la sensación de confort.

Ya ves que una casa pasiva en clima mediterráneo tiene recursos sobrados para mantener una temperatura confortable en su interior, aun con el calor y la humedad característicos de su zona.

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