Tu casa te enferma

¿Tu casa te enferma? Descubre cómo evitar problemas de salud

Al buscar los orígenes de una afección, quizás no te has parado a pensar que tu casa sea el origen de tu enfermedad.

Porque hace demasiado calor o demasiado frío en su interior.

Porque hay humedad, que ayuda a la proliferación de hongos y bacterias.

Porque en el interior acumula aire viciado, que no se renueva de forma adecuada. 

Porque al ventilar entra polen, virus, bacterias y partículas contaminantes de coches o fábricas cercanas. 

Porque el ruido exterior repercute en cansancio y mal humor.

¿Resultado? Tu casa genera nuevas enfermedades, no te ayuda a recuperarte de las que tienes y cronifica algunas de ellas, lo que afecta también a tu salud psicológica.

Y no hace falta que nos vayamos a enfermedades crónicas: una casa saludable  es fundamental para evitar gripes y catarros.

 

Cómo evitar que tu casa te enferme

Cuando pensamos en una casa saludable, quizá se nos va la mente a un espacio rodeado de verde y agua. Tiene sentido, porque la calidad del aire y la proximidad a espacios naturales tiene una incidencia de más del 20% en nuestra salud y mortalidad.

Sin embargo, se estima que la población urbana del planeta llegará al 70% en 2030. 

Por eso hay que prestar atención al interior de casas y edificios, en los que pasamos la mayor parte del tiempo, ya sea trabajando o viviendo.

 

Presta atención a la calidad del aire

Uno de los puntos centrales que consigue evitar que tu casa te enferme es ventilarla con asiduidad.

Esto hace que la calidad del aire sea mejor (salvo en zonas con mucha contaminación) y además ayuda a evitar humedades y hongos, que pueden causar enfermedades respiratorias. 

Como esa recomendación no es factible durante algunos meses del año, cada vez es más habitual encontrar viviendas (sobre todo de nueva construcción) con un sistema de ventilación mecánica.

Sin necesidad de abrir las ventanas, entra suficiente caudal de aire para llevarse el CO2; y además evita cambios bruscos de temperatura, lo que reduce el gasto energético.

 

Controla la temperatura 

Para cuidar tu salud, además de beneficiarse de una correcta ventilación, el interior de tu hogar debe mantenerse a temperatura confortable.

Sin embargo, los sistemas de calefacción o climatización tradicionales tienen un gran pero: el altísimo gasto energético. 

Es necesario buscar alternativas sostenibles y eficientes que nos permitan mantener el calor en invierno y el frío en verano. 

 

Cómo una casa pasiva ayuda a cuidar tu salud

Una casa pasiva es también una casa saludable, porque evita estos problemas. 

Es lo que certifica el Passivhaus Institute, porque incluye varios elementos que ayudan a lograrlo, invirtiendo la mínima energía:

 

Aislamiento de la envolvente y eliminación de puentes térmicos

Todo lo que envuelve la casa pasiva te provee de buen aislamiento, con espesores que duplican y triplican los que se usan tradicionalmente.

Además, se evitan los puntos en los que la envolvente se debilita al encontrarse con otros elementos constructivos.

 

Ventilación mecánica con recuperación de calor

Un paso más allá de la ventilación mecánica que renueva el aire, está el recuperador de calor,  que recoge el calor del aire interior y lo transfiere al aire que entra desde fuera.

Así, el aire nuevo no solo está fresco y limpio de impurezas gracias al filtrado, sino que llega a temperatura ambiente. Y una temperatura agradable y estable es fundamental para evitar catarros por corrientes de aire.

Eso le hace un gran aliado contra el Covid-19 y otras cepas de gripe.

 

Control de infiltraciones de aire, y ventanas y puertas estancas

Para obtener la certificación Passivhaus la edificación debe ser 100% estanca. No puede entrar en la casa ni un mínimo de aire, a menos que abras manualmente las puertas o ventanas.

Eso mantiene estables las características del interior, y evita oscilaciones térmicas que afectan a tu salud.

 

Arquitectura bioclimática

Las casas pasivas se adaptan en orientación, diseño, materiales y estructura, al entorno constructivo. De este modo se aprovechan al máximo las condiciones naturales que le rodean.

Gracias a esto consiguen reducir la temperatura durante el verano, y aprovechar las horas de sol durante el invierno, para recibir luz y calor. 

La temperatura correcta es un gran aliado para combatir los síntomas de la osteoporosis, artrosis, artritis o fibromialgia. 

 

Passive House, una casa que cura

Como ves, una casa pasiva certificada va mucho más allá de la ventilación mecánica, que se centra en la entrada de aire limpio. 

En resumen, estos son los beneficios para tu salud:

  • Excelente calidad de aire. Si dentro hay alguien con gripe, se reducen los contagios entre habitantes.
  • No hay humedad. No existen los agentes que causan sinusitis, asma o infecciones respiratorias. También mejora la artritis y otras enfermedades reumatoides.
  • Aislamiento garantizado. El frío y el calor extremos se quedan fuera. Además son casas silenciosas, que ayudan a reducir el estrés y el mal humor por ruidos molestos y repetitivos.

 

Si tu objetivo es construir una casa que cuide tu salud, analiza qué puede ofrecerte una casa pasiva certificada como las que diseñamos en Drycon Systems

Comments are closed