Arquitectura Bioclimática

¿Qué es la arquitectura bioclimática?

¿Una casa que reduzca a mínimos el impacto ambiental, aproveche los recursos naturales y sea energéticamente muy eficiente? ¿Es eso posible? Pues claro que sí. De hecho, así construían muchos de nuestros antepasados. Ellos ya utilizaban técnicas de arquitectura bioclimática.

Por supuesto, ellos no lo llamaban así. Pero ya levantaban viviendas adaptadas a cada territorio, aprovechando las características del clima local y las condiciones naturales propias de su entorno.

Y hoy, tú puedes hacer lo mismo. ¿Quieres saber cómo?

 

Arquitectura bioclimática: qué es y por qué interesa tanto en la actualidad

¿Te has fijado en lo diversas que son las viviendas tradicionales en todo el planeta? Tanto su forma como los materiales empleados se adaptan a las condiciones de cada lugar. 

La arquitectura tradicional lleva cientos de años encontrando soluciones de construcción sostenibles, vinculadas al territorio, utilizando materiales locales y muchas veces reciclados. 

Hoy hay una tendencia clara hacia la recuperación de técnicas y principios que defienden un tipo de construcción que trata de aprovechar al máximo las condiciones medioambientales.

Eso es la arquitectura bioclimática: una disciplina que diseña construcciones teniendo en cuenta al medio ambiente como un elemento más, teniendo en cuenta las características climáticas del lugar en el que se va a levantar y los elementos naturales que la rodean.

Y sí últimamente has oído hablar más de este concepto, es porque la sociedad en su conjunto está integrando cada vez más el concepto de sostenibilidad en todos los aspectos del día a día. La arquitectura es uno más, y por eso arquitectos e ingenieros buscamos soluciones en esa dirección.

Ahí es donde la idea de arquitectura bioclimática gana protagonismo. 

¿Y cómo es una vivienda de este tipo? La verdad es que no existe un prototipo de vivienda bioclimática. Y es lógico que sea así.

Si el clima es diferente, las viviendas se adaptan. Y por eso se construyen viviendas bioclimáticas distintas en función de la zona. Es fácil de entender que una vivienda asomada al Mediterráneo tenga unas condiciones muy distintas a otra en el interior de los Pirineos.

Pero hay algo que sí tienen en común: siempre aseguran el confort térmico con el mínimo consumo energético: hasta un 90% menos que una casa convencional.

Además, reducen emisiones de CO2 y su impacto ambiental disminuye con respecto a una edificación industrial, desde el momento mismo de su construcción. 

¿Cómo lo logran? Te damos algunas claves a continuación

 

¿En qué se basa la arquitectura bioclimática?

Antes de empezar a diseñar, lo primero que hay que hacer es una evaluación bioclimática del lugar en el que se va a levantar. ¿En qué nos fijamos y cómo lo aprovechamos?

 

1. La trayectoria del sol

Es una de las claves del diseño bioclimático. El sol es la mayor fuente natural de calor, por lo que es lógico que las construcciones bioclimáticas traten de aprovecharla al máximo.

Y para eso hay que analizar su trayectoria y su elevación, conocer las horas de sol en todas las épocas del año, y las ubicaciones exactas de la salida y la puesta de sol, entre otros factores.

El sol condiciona la ubicación de la vivienda, su orientación, su diseño y también los materiales. Todo está pensado para aprovechar al máximo la radiación solar.

 

2. Los materiales de construcción

Se aprovechan, en la medida de lo posible, materiales de producción local, bien integrados en la naturaleza. 

El aislamiento de la vivienda es una prioridad. Se deben eliminar los puentes térmicos y se utilizan los materiales aislantes más adecuados en cada caso.

 

3. El microclima

Además de las condiciones bioclimáticas de cada región, hay que ir más allá. Cada ubicación concreta tiene microclimas que debemos conocer para integrar esa información en el proyecto.

¿Hay montañas cercanas? ¿Cuál es el patrón del viento? ¿Existe algún arroyo por la zona que pueda modificar los índices de humedad? Todos esos factores deben ser tenidos en cuenta de forma específica.

También es posible crear microclimas, si tenemos la opción de poner un jardín, eligiendo el tipo de especies (hoja perenne o caduca) y su ubicación.

 

4.La inercia térmica

Además, utilizamos a nuestro favor la inercia térmica, o la capacidad que tienen los materiales para absorber y almacenar energía en forma de calor.

Incluso se calcula la inercia térmica del suelo. ¿Te has preguntado por qué algunas fachadas se entierran o semientierran en el suelo? 

Hay una explicación para eso: en la superficie terrestre la temperatura puede sufrir grandes variaciones en cortos periodos de tiempo. Del día a la noche, es fácil registrar hasta 20 grados de diferencia. 

Eso no ocurre bajo tierra. El suelo tiene una gran inercia térmica, por lo que, a determinada profundidad, la temperatura es constante.

La arquitectura bioclimática lo aprovecha para reducir oscilaciones y ahorrar energía.

 

5. La ventilación

Es otra de las claves de este tipo de arquitectura. La ventilación permite renovar el aire, modificar la temperatura interior, enfriar o calentar las estructuras…

La circulación del aire dentro de la vivienda es importante y debe contemplarse dentro del diseño bioclimático

 

Arquitectura bioclimática y passive houses

¿Quién te garantiza que la casa que quieres construir sea verdaderamente bioclimática? 

Hasta el momento, no existe una certificación para este concepto. Existen otras que te aseguran que el edificio cumple con los criterios de eficiencia energética o que está construido con materiales ecológicos.

Hoy por hoy, lo que te asegura un diseño con criterios bioclimáticos es el estándar Passivhaus.

Si quieres saber más, puedes leer este post sobre la certificación Passivhaus o ponerte en contacto con nosotros. Te explicamos lo que necesites saber sobre arquitectura bioclimática para que lo apliques en tu nueva casa.

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