Cuando hablamos de estándar Passivhaus solemos pensar, automáticamente, en viviendas. Sin embargo, la eficiencia energética no es algo que esté limitado al ámbito doméstico.
Aunque pasamos buena parte del tiempo en casa, la actividad de nuestro día a día suele tener lugar en otro tipo de edificios, como colegios, oficinas o comercios, por ejemplo.
Y, aunque ya empiezan a verse edificaciones pasivas no residenciales, aún falta mucho hasta conseguir el máximo ahorro de energía en edificios de uso público o colectivo.
¿Por qué hacemos esta distinción entre viviendas y edificios destinados a otros usos? Porque ni el tamaño ni la distribución son los mismos, igual que tampoco lo son el número de personas que lo utilicen o sus necesidades.
Todos estos factores hacen que cada tipo de edificio tenga unas particularidades que hay que tener muy en cuenta durante el diseño para lograr el menor consumo energético posible.
Condiciones especiales de edificios no residenciales pasivos
Es posible aplicar los estándares Passivhaus a cualquier tipo de edificación y no podemos mostrarlos todos en un solo post, pero sí hablarte de las características diferenciales de algunos de los más habituales:
Colegios Passivhaus
Con la excepción de algunas características concretas, las escuelas Passivhaus pueden planificarse teniendo en cuenta los mismos criterios que para construir una vivienda pasiva.
- Sistemas de ventilación: es esencial instalar sistemas de ventilación que proporcionen una buena calidad del aire en las aulas y garantizar una cantidad de 15 a 20 m3 por persona y hora durante el tiempo de uso.
La higiene es también uno de los factores más importantes dentro de una escuela, y para asegurar unos niveles óptimos es necesario utilizar los filtros adecuados y mantenerlos siempre secos. - Protección térmica en verano: hay que prestar especial atención a las escuelas en verano. Es imprescindible contar con suficiente sombreado, ventilación nocturna y una alta capacidad calorífica interna.
Si no pudiéramos recurrir a alguno de estos factores, habría que compensarlo con control de temperatura del núcleo de hormigón o intercambiadores de calor adecuados, por ejemplo. - Climatización tras períodos sin uso: una cuestión importante es el uso intermitente de los edificios. Para recalentar después de los momentos en los que la escuela se encuentra vacía, el sistema de calefacción central debe tener una potencia de unos 50 W/m2 en todas las áreas de uso.
Oficinas pasivas
En las oficinas es importante dar con el equilibrio adecuado entre el nivel de ocupación y las ganancias internas de calor generadas por el uso de máquinas y por la iluminación.
El Passive House Institute certifica las oficinas según un nivel de ocupación estándar y unas ganancias correspondientes de 3,5 W/m2, teniendo en cuenta que el equipamiento de la oficina fuera de alta eficiencia.
Un mayor nivel de ocupación implicaría una mayor generación de calor, así que el criterio de 15 kWh/m2a (kilovatios hora por metro cuadrado y año) sería, en teoría, más fácil de conseguir, aunque también podría suponer un problema para garantizar el confort en verano.
En cualquier caso, lo deseable sería reducir las ganancias internas todo lo posible en las oficinas a través del uso de equipamiento energéticamente eficiente o sombreado externo, por ejemplo. La principal manera de eliminar el exceso de calor del edificio sería a través de la ventilación, especialmente en horas nocturnas.
Comercios con mayor eficiencia energética
Las tiendas tienen un gran potencial de mejora en lo que respecta a la eficiencia energética.
Puede parecer que el exceso de gasto energético debe proceder de la climatización del edificio; sin embargo, no es así. Los dos aspectos con un mayor potencial de mejora en términos de eficiencia energética en los comercios son:
- La refrigeración de alimentos: en el sector alimentario, y especialmente en los pequeños comercios, el consumo energético dedicado a la refrigeración de alimentos supone un 50% del consumo total del establecimiento.
Las estanterías frigoríficas extraen del ambiente grandes cantidades de calor y, normalmente, lo expulsan hacia el exterior del edificio a través de una instalación frigorífica con refrigeración central, así evitan la acumulación de calor dentro de la envolvente térmica.
Los congeladores conectados a la red a través de enchufes, en cambio, expulsan ese aire caliente al interior de la tienda.
El uso exclusivo de grandes estanterías enfriaría excesivamente el ambiente, ya que extraería de él todo el calor y lo expulsaría hacia el exterior, mientras que utilizar solo congeladores con enchufe haría necesario el uso de refrigeración para mantener el confort en la tienda.
Un equilibrio entre ambos tipos de maquinaria permite prescindir de refrigeración. Además, el calor disipado por los grandes refrigeradores al exterior podría utilizarse para calefacción o para generar agua caliente. - La iluminación: en las tiendas, las luces están siempre encendidas, independientemente de la existencia de ventanas.
Eso hace que cualquier iluminación no eficiente se alargue en el tiempo provocando un consumo muy superior al necesario.
En tiendas de alimentación, este exceso de consumo puede suponer hasta el 25% del gasto energético total del establecimiento.
Además, se tiende a priorizar el uso de lámparas poco eficientes para presentar los productos de manera atractiva antes que iluminación sostenible.
Planificar la iluminación de manera inteligente permitiría un doble ahorro: primero, a través del menor consumo de lámparas eficientes y, después, a través del ahorro en climatización al no tener que compensar el exceso de calor provocado por la iluminación de baja eficiencia energética.
Passivhaus, eficiencia energética para todo tipo de edificios
Como ves, la eficiencia energética es aplicable a cualquier tipo de edificación, sea cual sea su uso.
En Drycon System somos especialistas en la construcción de edificios con certificación Passivhaus y nos adaptamos a construcciones de todo tipo para garantizar siempre la mayor eficiencia energética.
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