Vivir en una casa pasiva es como blindarla ante el mundo exterior: no importa si fuera hace frío o calor o si vives junto a una autopista; dentro de tu casa, eso no se va a notar.
Para lograr ese efecto burbuja es imprescindible un buen aislamiento, tanto térmico como acústico, que impida que la temperatura y el ruido entren o salgan de la casa.
Solo así podemos minimizar el consumo de energía y garantizar la tranquilidad dentro de la vivienda.
¿Quieres saber cómo puedes conseguirlo para tu propia casa? Sigue leyendo, que te lo contamos.
Aislamiento térmico: hacia la máxima eficiencia energética
El 50% de la energía que consume una vivienda se utiliza para regular su temperatura a través de sistemas de climatización.
Para evitarlo, las casas pasivas se aíslan por completo del exterior a través del uso de materiales aislantes y poniendo mucho cuidado en evitar los puentes térmicos.
Y no nos referimos solo a la envolvente; el suelo, los cerramientos y hasta los conductos internos tienen que estar correctamente aislados.
¿Cómo se consigue esto?
Aislantes térmicos para casas pasivas
Aunque no es el único método para lograr una buena temperatura en el interior, el uso de materiales aislantes es primordial para no tener que recurrir al aire acondicionado o a la calefacción.
Estos son algunos de ellos:
- Fibra de madera: aislante térmico y acústico efectivo y económico. Se fabrica de manera ecológica a través de un proceso de humidificación de serrín de madera de pino o abeto.
- Paja: ecológica, natural y muy versátil. Puede utilizarse para hacer paneles prefabricados o como material de construcción principal.
- Celulosa: aislante ecológico hecho a partir del reciclaje de periódicos que, una vez molidos y tratados con sales, forman un manto espeso que aísla también contra el ruido y la humedad.
- Algodón: utilizado en forma de mantas o rollos después de desfibrarse y humedecerse. Igual que la celulosa, puede usarse como aislamiento térmico, acústico y contra la humedad.
- Lana de roca: se fabrica a partir de rocas volcánicas y también es un buen aislante acústico. Además, es ignífugo.
- Poliestireno expandido: aislante sintético utilizado en diversas densidades y espesores. Responde muy bien ante el agua, ya que esta no altera sus propiedades.
- Espuma de poliuretano: una muy buena opción, ya que es un aislante térmico muy eficaz, no absorbe la humedad y se adhiere a superficies de todo tipo. Además, es bastante económico.
Aislamiento en puertas y ventanas
Buena parte de la pérdida de eficiencia energética se produce a través de puertas y ventanas.
Para evitarlo, no solo es importante tener en cuenta la orientación de la casa y el tamaño de las ventanas, también hay que utilizar materiales de altas prestaciones y perfiles certificados según el estándar Passivhaus.
¿Cómo es una ventana pasiva?
- Tiene un aislamiento óptimo: además de tener vidrios bajo emisivos (ATR) para impedir que gran parte de la energía solar entre en la vivienda, las ventanas pasivas tienen cámara de aire con gas criptón o argón para reducir la transmisión térmica.
- No tiene puentes térmicos: tanto los materiales de la ventana como las juntas o los marcos están pensados para evitar la transmisión de la temperatura.
- Proporciona una alta hermeticidad al aire: de nada servirá impedir la transmisión térmica si el aire entra y sale a través de las juntas de los cerramientos. Unas ventanas estancas son imprescindibles para un passive house.
¿Quieres leer más sobre aislamiento térmico en casas pasivas? En este post te contamos qué factores debes valorar para conseguirlo.
Aislamiento acústico: salud y confort
El tráfico, los vecinos, las obras, la gente de la calle… Generadores constantes de ruido que nos estresan y no nos permiten descansar ni en nuestra propia casa.
Ya no se trata (solo) de encontrar un poco de paz en tu hogar, sino de que la exposición continua al ruido afecta negativamente a la salud.
Por eso hay una normativa que regula el aislamiento acústico para las viviendas. En las casas convencionales, por ley debe ser de 30 dBA; en las casas pasivas, ese aislamiento ronda los 50 dBA.
Para conseguirlo, las casas pasivas no solo aíslan del sonido las paredes, sino también la carpintería exterior del edificio para impedir que el ruido se transmita tanto del exterior al interior como al revés.
Factores a tener en cuenta en el aislamiento acústico
Para conseguir el mayor aislamiento sonoro, las casas pasivas combinan la utilización de materiales aislantes y absorbentes.
Estos son algunos puntos a considerar a la hora de escoger los materiales y su disposición:
- La masa de los materiales: la masa es la mayor responsable del aislamiento acústico. Cuanto mayor sea, mejor atenuará el ruido.
- El número y la disposición de las capas: al combinar capas de diferentes materiales hay que tener en cuenta que cada uno de ellos tiene una frecuencia de resonancia propia. Y que la disposición de estas capas sí que importa a la hora de conseguir el mayor aislamiento acústico posible.
- La disipación: colocar un material absorbente entre las capas de aislante contribuye a mejorar el aislamiento. La lana de roca, por ejemplo, es uno muy utilizado, ya que aísla tanto acústica como térmicamente.
El aislamiento acústico es una de las grandes ventajas de una passive house. Aquí te contamos otros beneficios de tener una casa pasiva, más allá del ahorro energético.
¿Te preocupa el aislamiento de tu casa?
Ya ves que el aislamiento es algo que tiene importantes efectos sobre el ahorro y el bienestar de los habitantes de una vivienda.
En Drycon System solo construimos casas pasivas certificadas para garantizar una eficiencia energética y un confort óptimos, tal y como establecen los estándares Passivhaus.
¿Estás pensando en hacerte una casa pasiva? Cuéntanos cuál es tu idea y te ayudaremos a construir un passive house justo a tu medida.